En la Patagonia Argentina los estudios en Ciencias del Mar se iniciaron con investigadores de distinta procedencia. Entre ellos, un botánico de la Universidad de Buenos Aires organizó el primer Centro de Investigación de Biología Marina (CIBIMA), sobre las bases de la Estación Algológica creada en 1953, con fines industriales por el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial).
Para el CIBIMA era prioritario el estudio general de la Biología Marina en la región Patagónica y Tierra del Fuego, el aprovechamiento industrial de las algas y la formación de recursos humanos.
Con el ánimo de complementar la actividad aplicada en industrialización de algas, se iniciaron las investigaciones en ciencias básicas de la Biodiversidad Marina, donde los pioneros fueron ilustres científicos argentinos y extranjeros.
Cursos Latinoamericanos de Biología Marina de la UBA, propuestos por el Consejo Interuniversitario Regional (CIR) y que contaban con el auspicio del Consejo Latinoamericano de Oceanografía (CLAO) se dictaron en Puerto Deseado durante 1960 –1971. El Centro de cooperación Científica para América Latina de UNESCO financió gastos de infraestructura para estos cursos realizados durante los veranos.
Esta institución formó los primeros especialistas en biología marina del país, publicando más de 187 trabajos científicos y 37 técnicos durante 1960 hasta su cierre en 1984.
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